Ruth Mier

Abogada de Profesión y Terapeuta por Vocación. Tuve la oportunidad de colaborar  en un centro de atención a víctimas de violencia, donde pude observar como la violencia se ejerce desde los pensamientos y creencias limitantes impuestas por una sociedad.  

Con especialidad en Violencia de Genero, a través de Clínica Jurídica por la SEMUJER del Gobierno de Zacatecas, Master en Enfoque Psicoterapéutico Cognitivo Humanista, y Doctorado en Terapias Humanistas, ambos por el Centro de Crecimiento Humanista A.C., Certificada como Terapeuta Holística, por el Instituto de Desarrollo Humano y Capacitación, SEP y CONOCER, EC204 y EC1158, EC0301, EC0217.01, EC0581, EC0104,  Certificación en Yin yoga & Mindfulness, por YACEP (Continuing Education Provider) y Alliance Yoga, Certificacion en Thetahealing por ThetaHealing Institute of Knowledge, cofundadora del programa en plataforma digital “Décadas ¡oh Diosas!”, y del primer Centro de Calidad de Vida en Zacateca con un enfoque holístico y espiritual, Pasante como Licenciada en Psicología Organizacional por la UTEL

                                                        "Acepte el dolor y aprendí a vivir"

"Cuántas veces me he mordido los labios, callando aquello que quiero gritar. He tenido que llenarme de coraje para continuar mis días, viviéndolos a veces sin ilusiones, decepcionada de mí misma, con impotencia para hablar por temor a lastimar y, finalmente, resultar yo la lastimada.

He tenido que sonreír cuando en realidad tengo el corazón destrozado y estoy muriendo de miedo, porque siento que mi mundo se está cayendo a pedazos.

Con heridas en mi alma, he tenido que llorar a escondidas y en silencio, sintiendo que mi llanto no es comprendido.

Un día lo dejé todo y luché por un amor que finalmente terminó. Sentí que no pude ser buena esposa después de un divorcio, y por eso hoy lucho por ser buena madre, buena hermana, buena hija, buena amiga. Hoy busco ser independiente y segura de mí misma, y lograr todo aquello que como mujer deseo alcanzar cada día.

Hoy quiero ser útil para mí, estar tranquila y aceptar lo que hasta hoy he logrado. Quiero valorar mis triunfos, aceptar mis fracasos y aprender de ellos.

Hoy no quiero llorar sin ocultar mis lágrimas; acepto que no soy perfecta, y que por lo tanto no tengo la familia perfecta ni los hijos perfectos. Pero cada día sigo levantándome, sigo sonriendo a la vida, sigo luchando, sigo adelante y mantengo la esperanza.

Hoy seco mis lágrimas que lloro sin pena; acepto el dolor, porque aceptándolo aprendí a vivir."

- Ruth Mier

Una vivencia que marco mi vida y mii evolución en una mejor persona: 

Una experiencia universal de guardar las emociones por miedo a herir o a ser juzgado.

Me enseño que el camino hacia el bienestar comienza al aceptar la propia voz y el propio dolor. La decisión final de "secar mis lágrimas que lloro sin pena" es un acto de liberación de las expectativas externas. La firme intención de  dejar de buscar la aprobación y a ser honesta con mi propio sufrimiento.

La lucha por la perfección fue un tema central: "lucho por ser buena madre, buena hermana...", y la posterior aceptación: "acepto que no soy perfecta". Este es, quizás, el punto de inflexión más importante.

Este pasaje destruye el mito de la vida y la familia "perfecta". El aprendizaje es que la valentía no está en no caerse, sino en levantarse ("cada día sigo levantándome"). Valorar los triunfos y aceptar los fracasos no son actos separados, sino caras de la misma moneda en el proceso de crecimiento.

El tema principal y la conclusión del texto es la aceptación del dolor. 

El sufrimiento, las heridas del alma y los fracasos no deben ser  vistos como un final, sino como una condición necesaria para seguir adelante.

En la frase final, "acepto el dolor, porque aceptándolo aprendí a vivir", es una lección fundamental. Un  recordatorio de  que la vida no se trata de evitar el dolor, sino de integrarlo. Cuando se acepta el dolor, este deja de ser un obstáculo paralizante y se convierte en el catalizador (el maestro) que impulsa la lucha diaria, la esperanza y el deseo de ser "útil para mí". Es un llamado a transformar la impotencia en fuerza interior.

Estas preguntas exploran el costo de callar las emociones y el valor de la honestidad personal.

1. El Coraje de la Verdad: ¿Cuál es la "verdad" o emoción que te has mordido los labios por no gritar, por temor a las consecuencias o a lastimar a otros? ¿Qué precio ha pagado tu alma por ese silencio?
2. La Fachada: ¿En qué momentos has sentido que tu "mundo se cae a pedazos", y en lugar de buscar consuelo, elegiste "sonreír" y mantener una fachada de fortaleza? ¿Para quién lo hiciste?
3. El Llanto Comprendido: ¿Alguna vez has llorado "a escondidas y en silencio" sintiendo que tu dolor no sería comprendido? ¿Qué necesitas hoy para permitirte ser visto y escuchado en tu vulnerabilidad?

Estas preguntas se centran en el abandono de la búsqueda de la perfección y la valoración de los logros personales genuinos.

1. El Miedo al Fracaso: Si la perfección no existe, ¿cuál es el "fracaso" o error del pasado que más te cuesta aceptar y perdonar? ¿Qué lección valiosa te ha ofrecido después de la aceptación?
2. El Deseo de Logro: El texto habla de luchar por ser "independiente y segura". ¿Qué es aquello que hoy deseas lograr por encima de cualquier etiqueta social, y cómo ese logro te define solo a ti?
3. Valorar el Triunfo Simple: Más allá de los grandes éxitos, ¿cuál es el logro más simple y silencioso de tu vida (un día bien vivido, un miedo superado, una palabra sincera) que te has olvidado de valorar?

Estas preguntas abordan la enseñanza y la transformación que se obtiene al aceptar las heridas.

1. El Dolor como Maestro: El texto concluye: "acepto el dolor, porque aceptándolo aprendí a vivir". ¿Qué tipo de "vida" o enseñanza te reveló la aceptación de tu momento más doloroso?
2. La Transformación: ¿De qué manera ha transformado tu dolor la perspectiva que tienes de ti mismo(a)? ¿Te ha hecho más compasivo, más fuerte o más resiliente?
3. Secar las Lágrimas: ¿Qué significa para ti hoy "secar las lágrimas que lloro sin pena"? ¿Qué forma toma la aceptación en tu vida diaria?

Estas preguntas invitan a reflexionar sobre el impulso diario para seguir adelante.

1. El Motor Interno: ¿Cuál es tu motor o tu ancla de esperanza para "levantarte" y seguir luchando, incluso cuando te sientes destrozado?
2. El Nuevo Significado: ¿Cómo ha cambiado el significado de la palabra "luchar" para ti? ¿Es ahora más sobre la batalla externa (el mundo) o sobre la batalla interna (la paz y la tranquilidad)?

Si hoy están leyendo estas palabras con el corazón adolorido, quiero compartirles la noticia más importante que he aprendido en mi propio camino:

El dolor que sientes no es una sentencia, sino una poderosa señal que te está indicando el camino hacia una versión más fuerte y auténtica de ti mismo(a).

Tu dolor es una oportunidad de evolución. Es la materia prima con la que se construye la resiliencia y la profunda sabiduría. Así como yo aprendí a aceptar mis lágrimas sin pena, tú también puedes tomar esa decisión liberadora.

1. Reconoce la Señal: Deja de luchar contra el dolor. Acéptalo como la prueba de que eres humano y estás vivo. Solo al aceptarlo, dejará de paralizarte y comenzará a impulsarte.
2. Busca tu Guía: No tienes que recorrer este camino en solitario. La valentía no está en ser invencible, sino en saber cuándo pedir ayuda. Busca a ese amigo, familiar o profesional que te ofrezca una mano segura. Hay herramientas, recursos y personas esperando ayudarte a transformar tus heridas en fuerza.
3. La Esperanza es el Combustible: Cada mañana que decides levantarte, sonreír a la vida y seguir luchando, estás haciendo el trabajo. Mantén esa llama; es la prueba de que tu futuro es más grande que tu pasado.

Mi compromiso con ustedes es firme:

Me pongo a sus órdenes. Estoy aquí para compartir las lecciones de mi propio camino y ofrecer un espacio de escucha y reflexión. Si estas palabras han resonado en ti, o si simplemente necesitas una palabra de aliento o saber por dónde empezar a buscar apoyo, no dudes en contactarme o en dejar un comentario.

Juntos, transformaremos el dolor en el cimiento de una vida más plena y consciente.